lunes, 19 de enero de 2009

La seducción es un juego de ajedréz...


Saben, tengo un primo al que le llueven las chicas. A simple vista, resulta muy lógico porque es realmente un chico muy guapo y simpático. Sin embargo, ¿sólo eso es suficiente? Es decir, lo conozco desde que nació. Se que es melindroso, fiestero (eso incluye alcohol y cigarrillos), experto mentiroso e irresponsable; trata a las chicas como a la suela de sus zapatos y es alérgico a la palabra compromiso. Pero, ahí están esas niñas (su club de fans como decimos en casa) que no le ven defectos siempre que salga con ellas.

Hemos observado incluso cómo se le han juntado dos chicas en el mismo lugar, espacio y tiempo. Y aún así lo siguen buscando. Entonces, termino por pensar, ¿será que con tal de sentirse amadas son capaces de someterse a tales torturas?, yo le preguntaba, ¿cómo rayos (en realidad usé una palabra más fuerte) hacía para tenerlas tan idiotizadas? porque seamos sinceros, el que sea guapo no basta, tiene que haber algo más.

La respuesta que recibí fue simple, sincera y directa: "Las trato mal y no les hago caso". Y me consta, peor no las puede tratar y qué pasa, ahí siguen tocando la puerta de día, noche o madrugada; bajo la lluvia o en día soleado.

Por otro lado, está mi prima (hermana del susodicho anterior) quien aplica la misma fórmula para con los chicos que se le acercan. Resultado: Exactamente el mismo. Los tiene a sus pies. El chico con el que está actualmente, es el hombre de su vida, lo se, se le nota y me lo ha contado. Pero lo trata como un pescador a su presa. Le suelta algo de nylon, pero antes de que pueda acostumbrarse, lo vuelve a tensar. Y el chico debe vivir en sosobra y en constante cortejo.

Conclusión: Simple, los seres humanos (sin importar el género, clase social, raza,...) tienen predilección por sufrir, ser despreciados, tratados con indiferencia y cada cierto tiempo se conforman con una dosis de ternura y dulzura. Pero eso si, la dosis debe ser muy pequeña, pues se corre el riesgo de empalagarse y sentir que la vida es demasiado linda como para querer vivirla con un amor donde reine el respeto y la adoración mutua.


La seducción es un juego de ajedréz y el amor un campo de batalla.

2 comentarios:

Mariana Aulicino dijo...

Es así, tal cual lo describis. Pero lo peor es que a las que por ejemplo, siguen a tu primo por todos lados a pesar de la indiferencia que reciben, cuando aparece uno que las adora y que daría su mundo por ellas, casi que salen corriendo por el rechazo que les produce. Eh sí, e así, así es la vida. Por eso mejor vivir con los animales, mas simples, sin tantas vueltas che.

Plumas dijo...

jajajaajaja buen post, tenes que escribir mas de estos jajajaja
esta muy bueno.
yo... no se XD la pase bien estos dias y me trata espectacular jajajaja

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