miércoles, 2 de junio de 2010

La cita

Imagen: La cita, Blanco Lozano

Uno de mis poemas favoritos, es La cita de Don Andrés Eloy Blanco. Lo leí por primera vez cuando iba al colegio. En ese momento, lo asocié a la sensación de esperar por alguien (alguna amiga, un familiar,...) una persona que por lo general si esperas más de la cuenta, te levantas y te vas, sin el menor remordimiento. Así , que lo sentí medio exagerado,  pensé ¿por qué tanto drama porque te dejen embarcado (plantado)?.

Pero creo que mi visión de dicho poema cambió a medida que la naturaleza hizo su trabajo. Cuando por primera vez me tocó esperar por alguien "especial", en ese espacio de tiempo (que a veces ni siquiera es tanto como pensamos o sentimos) pasan mil pensamientos por tu cabeza y sientes desilusión, rabia, tristeza,... y lo peor, enfrentas la angustiante decisión de si levantarte e irte o seguir esperando.



Sin embargo, todo es borrado cuando ves aparecer a esa persona, entonces puede que mires el reloj y sólo se haya retrasado unos 10 minutos, durante los cuales sentiste el mundo cayéndose sobre ti. Al menos, es lo que siento que quiso expresar este gran escritor cumanés.

Entonces pensé, por esto pasa la otra persona cuando soy yo quien le hace esperar. Fue  una lección que aprendí en aquella época. La puntualidad, es una de las mayores demostraciones de respeto hacia alguien que realmente nos importa.

Para decorar el post, y porque realmente me encantó, coloqué la imagen de una obra del pintor y escultor cubano Blanco Lozano, no dejen de visitar su blog.

Con ustedes el poema en cuestión...


La Cita, Andrés Eloy Blanco.
Pinar arriba,
pinar abajo,
la nube, el pinar, el viento,
la tarde y yo te esperamos.

¡Cómo tardas!
Tú siempre ofreces tempranos
Y siempre pagas con tardes.
Me van a crecer los pinos
esperándote.

La próxima vez,
Ya sé a qué atenerme;
Te voy a hacer esperar
Una hora sola, sola,
Para que sepas entonces
Cuántos pinos tiene una hora.

Ya se fastidió la nube;
Se está lloviendo por dentro.
Eres mala:
A una nube de agua dulce
¡Volverla de agua salada!

La próxima vez,
Esperaré a que llueva a chorros;
Ya te contará la nube
Cómo esperamos nosotros.
Y nunca sabrás que el agua que te pasó por los labios
Te la lloraron las nubes
O te la llovieron los ojos.

Ya se va el viento, diciendo
Malas palabras de monte;
Ya verás, cuando tú esperes, esperando y solitaria,
Te dirá el viento unas cosas que te pondrán colorada.

Ahora se va la tarde;
Se le está poniendo oscura la pena del horizonte;
Ya verás, cuando estés sola,
Y en un adiós de la tarde te quedes sola en la noche.

Se va el pinar; se está yendo
Revuelto el verde hasta un negro
Que se hace nube y se encoge
Y se agavilla y se expande,
Verde, negro, verde, gris,
Y no se va pino a pino,
Sino que se hace una cosa
De pinos que va a dormir.

Y yo ¿qué estoy esperando?
Ya me voy, solo. Eres mala:
¡a una tarde, hacerla noche,
a un pinar, hacerlo nube,
a una nube de agua dulce
hacerla de agua salada!

Ya me voy. ¡Pero aquí estás!
¡La tarde está regresando!
¡Mira el viento!, ¡se ve el viento!,
¡La nube está echando lirios!;
mira el pinar, cómo viene,
pino a pino, pino a pino…

2 comentarios:

Plumas dijo...

Muy buena eleccion loca.
La imagenen tambien, no solo va con el poema sino que tambien combina con el diseño de tu blog.

Unknown dijo...

Quisiera saber cuantos versos tiene elpoema la cita de andres eloy blanco

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